Un día estaba caminando por la orilla y en el río se estaba ahogando un hombre al que se le habían acabado los argumentos en una discusión. "¡Cíñete a la ortografía!" - le grito. apenas salvado...
Tengo una esposa comprensiva, hijos con excelentes estudios, un gran trabajo, una casa a la orilla del río y un auto decente. y todo ello gracias a la esquizofrenia ordinaria.