Una vez, mi amigo se burló de un profesor de informática: tomó una captura de pantalla del escritorio, eliminó todos los accesos directos y configuró esa pantalla como imagen de fondo. Después de varios cientos de intentos inútiles de iniciar sesión en mi computadora, ella, sin entender nada, decidió llamar al servicio y llamar a un técnico. Entonces vino, se rascó el nabo y no se le ocurrió nada mejor que derribar Windows...