y en lo más alto de los toboganes, donde los remolques casi se detienen, hay que poner a un hombre con un mono y una llave inglesa para que grite a lo lejos: "¡Deténganlos! ¡Allí está todo roto!". y - vámonos...
Mira lo que hizo mi puto hermano. Me atrapó y me puso un candado grande y pesado en el túnel auditivo. Luego se montó en la moto y se fue a la mierda con la llave.