-¿Este es tu juego? -sí. -¿Y ya no lo vendes? -sí. -Entonces, si lo emulo, ¿no perderás dinero? -sí. -¿Entonces déjame emularlo? -¡No, eso es piratería! -¿Entonces publicarlo oficialmente? -¡No!
A veces los compañeros de mi hija vienen a visitarme y me dicen que quieren jugar en la consola. Como cualquier padre, yo, por supuesto, estoy un poco nervioso: ya sabes, tienen 13 años, las hormonas pueden incluso romper mi consola...