La primera vez atrapé con la mano la mosca que el gato llevaba media hora persiguiendo y se la tiré delante de la nariz. A juzgar por la mirada, me respetó por primera vez.
Este soy yo fingiendo no darme cuenta del mosquito que vuela en mi habitación para que tranquilamente se pose encima de mí y pueda espantarlo rápidamente.
1. Toma una foto como si estuvieras sacando a un bebé de un platillo volante que se estrelló en el bosque. 2. Cuando el niño cumpla diez años, organícelo de modo que accidentalmente encuentre esta foto en el ático.