Moscú es, en definitiva, una ciudad de gnomos: nos encantan las abuelas, mucho dinero, muchos hombres barbudos y palacios subterráneos impresionantes. San Petersburgo son elfos: una especie de medio póquer con una autoestima fuera de escala, una naturaleza sensual sutil y patriotismo local. el resto de Rusia está habitada por orcos.